A lo largo de la historia y en todas las culturas del mundo, ha habido cuatro dimensiones básicas de la existencia humana. Estas dimensiones hablan de cómo potenciar personas.
El desarrollo de estas cuatro dimensiones son las claves para lograr la felicidad de las personas y se extiende a cualquier ámbito de nuestra vida, ya sea personal o profesional.
Pero en este caso voy a hablarte solo del plano profesional.
Estas son las cuatro dimensiones de la experiencia humana que hemos de tener en cuenta a la hora de sacar lo mejor de las personas:
1) Dimensión intelectual
2) Dimensión estética
3) Dimensión moral
4) Dimensión espiritual
Cada una de estas dimensiones aspira a alcanzar un ideal, que se entendería como una base de la excelencia humana.
Según esto, las cuatro dimensiones de la experiencia humana así como los ideales a alcanzar pueden esquematizarse en:
Las cuatro dimensiones de la experiencia humana
Intelectual
Estética
Moral o ética
Espiritual o existencial
Las cuatro bases de la excelencia humana
Verdad
Belleza
Bondad
Unidad
1) La verdad
Tienes que cultivar un entorno en el que la gente no tema decir la verdad.
Las personas necesitamos la verdad para avanzar de una forma segura a través de las dificultades que encontramos en el camino hacia el futuro. Si no creamos un entorno en el que se respete la verdad, no tendremos un entorno laboral en el que la gente sea respetada.

Por otro lado, la vida no puede recorrerse sin un mapa exacto con el que guiarse. El conocimiento es la posesión de ese mapa, y la verdad es lo que nos da ese mapa.
Solo los instruidos son libres
(Epicteto)
2) La belleza
Si quieres crear entornos en los que la gente pueda ser y hacer lo mejor de sí misma, es importante que prestes atención a la dimensión estética de la experiencia humana.
Aprender a apreciar las pequeñas formas de belleza que nos rodean en nuestro entorno laboral es fundamental. Y esto es aplicable a cualquier miembro. Desde el que está sentado ocho horas en una oficina, hasta el capataz de una fábrica.
El entorno que nos rodea, los colores empleados, la música, la colocación del mobiliario, etc. son elementos muy importantes a la hora de crear una relación de identidad entre la persona que trabaja y el espacio en el que lo hace.
La belleza libera, renueva, vigoriza e inspira.

Hay una estrecha relación entre la fealdad y la pobreza. Sin belleza, las personas tenemos frenos a la hora de desarrollar el espíritu, lo que conlleva un desgaste vital alto, siendo la principal amenaza de la creatividad y la motivación.
¿Nunca te has preguntado por qué es habitual que los retiros de los ejecutivos se realicen en lugares de inmensa belleza?
Por otra parte, la música produce un tipo de placer del que la naturaleza humana no puede prescindir.
3) La bondad
El desarrollo personal adecuado y el buen trato con los demás son las dos caras de la empresa moral. Personas espiritualmente sanas en unas relaciones sociales armónicas.
La bondad es la única inversión que nunca fracasa
(Henry David Thoreau)
En muchas ocasiones se piensa que la ética son limitaciones y restricciones. Como un impedimento a la hora de hacer lo que nos gustaría.
Sin embargo, la ética trata de las cuestiones de la vida cotidiana, como el trato que damos a las personas que nos rodean y cómo nos comportamos.

De este modo, tu forma de ser y actuar en el trabajo debe empezar siempre desde casa. Lo que ocurre en el círculo interno irradia hacia afuera.
Por ello, la ética recomendada a aplicar es la que procede de la llamada regla de oro, que puede formularse del siguiente modo: "No hagas aquello que no te gustaría que te hicieran a ti".
La regla de oro puede ser la mejor guía posible para las relaciones moralmente fuertes y duraderas.
Una forma simple de ponerla en práctica ya, es haciendo una minuciosa lista con todas las cosas que te han hecho y que aborreces. Esas son las que nunca debes hacer a los demás. Después haz otra lista de las cosas que te han hecho y que te han gustado. Esas házselas a los demás siempre.
Los pequeños gestos tienen mucho valor. Por ejemplo una palabra bonita casual o una palmada en el hombro conceden respeto y dignidad a las personas, potenciando su evolución.

Por otra parte, huye de los entornos que fomentan los vicios y te alejan de los ideales humanos.
Si te unes a hombres mezquinos y avariciosos, se te contagiará la avaricia. Si te relacionas con hombres arrogantes, te volverás orgulloso. Nunca te librarás de la crueldad mientras compartas techo con un torturador. Tu lujuria se encenderá si intimas con adúlteros. Si quieres librarte de tus vicios, debes apartarte por completo de los ejemplos que dan los depravados.
Séneca
4) La unidad
La espiritualidad trata fundamentalmente de profundidad y conectividad.
Cuanto más desarrollada espiritualmente esté una persona, más verá una profundidad de sentido y significado bajo el aspecto superficial de las cosas de nuestro mundo.
El reino de lo espiritual, que responde al orden del corazón es, en último término, la fuente de la excelencia sostenible y de la alegría perdurable.
Las personas necesitamos amor y aprecio. Y quien considere que estos no tienen lugar en el mundo de los negocios es que no ha entendido realmente qué son en último término los negocios.
La sensación de unión entre los miembros de cualquier compañía no debe ser traba, sino firme pilar, para una unión aún más amplia con todos nuestros clientes, así como con las comunidades de nuestro entorno.

Asimismo, es realmente importante que la empresa establezca una declaración de valores y de objetivos, de tal modo que los miembros del equipo se vean reflejados en ellos.
Es importante crear un ambiente en el que nos sintamos únicos y diferentes. Uno no puede sentirse bien en lo que hace a menos que piense que está haciendo algo único.
No vamos al trabajo solo para conseguir unos ingresos, sino para encontrar sentido a nuestra vida. Lo que hacemos es, en gran parte, lo que somos.
De este modo, las virtudes contribuyen causalmente a la felicidad humana o son constituyentes de ella. Son parte de la buena vida y los cimientos para los buenos negocios.
Sin embargo, las sociedades modernas actuales han corrompido estas virtudes o ideales humanos y los han convertido en valores de otro tipo.
Bien Antiguo
Sabiduría
Dignidad
Verdad
Belleza
Bondad
Carácter
Reputación
Respeto
Falsificación Moderna
Inteligencia
Glamour
Conveniencia
Deslumbramiento
Afabilidad
Personalidad
Fama
Temor
Estos malentendidos conceptuales son responsables de gran parte de la infelicidad e insatisfacción de nuestro tiempo.
En cualquier caso, lo que parece claro es que el éxito empresarial y la satisfacción personal requieren abundantes dosis de verdad, belleza, bondad y unidad. Estas cuatro virtudes atemporales constituyen los cuatro pilares de la excelencia sostenible y el florecimiento humano, que no se alcanzarán con menos.
Los antiguos tenían muy claro cómo potenciar personas.
Aquel que no sabe quién es y con qué propósito existe, y qué es este mundo y a quién tiene por compañero y qué cosas son las buenas y cuáles son las malas, y cuáles las bellas y las feas, y quien no comprende el discurso ni la demostración, ni qué es cierto y qué falso, y que es incapaz de distinguirlo, ni deseará según la naturaleza ni se apartará del mundo ni se elevará sobre él, ni actuará conscientemente, ni confirmará, ni disentirá ni se abstendrá de formular juicios. Para resumirlo en pocas palabras, vagará dando tumbos, ciego y mudo, creyendo ser alguien. Pero no será nadie.
Epicteto
¿Ahora sabes cómo potenciar personas? ¿Lo aplicarás? Espero que sí 🙂
SOBRE EL AUTOR DE ESTA ENTRADA, JESÚS M.C.
Soy creador del blog Coaching Filosófico, donde comparto consejos basados en diferentes escuelas de pensamiento para ayudarte a alcanzar la plenitud vital de la que hablaban los filósofos antiguos. Soy especialista en toma de decisiones y superación de dilemas y conflictos internos. Que consigas tu libertad es mi trabajo y mi mayor deseo.
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