El pensamiento crítico o critical thinking es una de las herramientas esenciales empleadas por la filosofía para desmontar prejuicios y desarrollar pensamientos bien formados.

Esta es una de nuestras asignaturas pendientes.
No nos enseñan a pensar bien. Nuestro pensamiento, en su mayor parte, no es un pensamiento reflexivo, sino ruidoso, cargado de emociones e intuiciones no filtradas.
¿El resultado? Información sin digerir y producción de pensamientos deficientes.
No enseñar a pensar bien implica no formar a buenos pensadores.
Y desde aquí es difícil crear sociedades autosuficientes, autónomas, en las que las personas cooperan y superan sus males sin necesidad de recurrir a otro tipo de entidades.
Con otro tipo de entidades me estoy refiriendo a los Estados, claro. Sin pensamiento crítico es normal que haya Estados que regulen nuestras vidas poco reflexivas. Si no, esto sería Sodoma y Gomorra, o peor.
Pero tampoco quiero entrar en esta cuestión. Lo que me interesa aquí es contarte cómo puede ayudarte el pensamiento crítico en tu vida.
El pensamiento crítico siempre va ligado a la salud mental, y esto implica bienestar. Por ello es necesario que sepas un poco más de qué va esto.
Esta herramienta filosófica se emplea actualmente sobre todo en el campo de la educación (lo cual es lógico para preparar a las futuras personas autónomas).
Tal y como yo lo veo, se debe desarrollar en cualquier contexto y a cualquier edad. Aunque siempre es más sencillo de inculcar a menor edad.
La idea principal es que el pensamiento crítico sirve para autodirigirte, autodisciplinarte y automonorizarte. Todo auto.
No sé a ti, pero a mí esto me suena muy bien.
Te resumiré en cinco puntos cómo puede beneficiarte el uso de un pensamiento crítico:
1) Planteando preguntas y problemas esenciales
Fundamental para cualquier ámbito de nuestra vida. Es un aspecto que todo coach o asesor debe compartir. Y si lo desarrollas tú para automanejarte, mucho mejor.
Nuestra sociedad suele estar equivocada. Considera más inteligente al que da una respuesta que a quien hace una pregunta. En mi opinión se trata de hacer las dos cosas. Y siempre ha de haber la posibilidad de preguntar ante una afirmación.
Esto forma parte del espíritu filosófico, del espíritu crítico o libre.
Un buen pensador ha de plantear preguntas, no puede ser de otro modo. Problematizar un pequeño aspecto de la realidad puede suponer un reeformulamiento de nuestras propias ideas, algo que, sin duda, es muy interesante para desmontar pensamientos poco fundados, pensamientos tóxicos o prejuicios.
A continuación te dejo un vídeo de la película Moneyball, donde el gerente general de un equipo de béisbol, Billy Beane (Brad Pitt), escucha en silencio a su grupo de ojeadores de jugadores. Éstos hablarán con total normalidad de la contratación de nuevos jugadores para reemplazar a los que han fichado los equipos grandes de béisbol. Billy Beane es quien ocasiona la ruptura del teatro parlanchín que están haciendo los suyos. Será quien problematice la situación; quien cuestionará cuál es el problema que hay de base. Aquello que se da por supuesto, aquello de lo que nadie se atreve a hablar, es el verdadero problema, la raíz del asunto.
Te lo pongo como ejemplo porque creo que ilustra muy bien este aspecto del pensamiento crítico de lanzar preguntas esenciales.
Te recomiendo también, ya que estamos, que la veas del todo. Es buenísima, y eso que no me gusta el béisbol.
2) Recopilando y evaluando información relevante
En la mayoría de nuestros pensamientos se da la verborrea mental, que es algo así como la introducción de diferentes ideas en un mismo argumento. Esto puede quedar bien ante un auditorio, que se deja impresionar por tu rapidez mental, belleza en las palabras que utilizas, etc. Pero la verdad es que tiene poca repercusión crítica en la persona concreta que te está escuchando o leyendo.
El pensamiento crítico daría la pausa necesaria a tus argumentos para identificar la idea principal a desarrollar, apoyada a su vez por otras ideas secundarias que solidificarían el argumento, dándole un sentido. Esto es fundamental para poder problematizar ese argumento; si el argumento no está bien construido es difícil problematizarlo. Seguir un argumento mal construido es aceptar la validez de algo que, formalmente hablando, no lo tiene.
Es importante desarrollar este aspecto del pensamiento crítico en la escuela mediante el estudio o análisis de textos. En general los chavales memorizan datos, pero es difícil verlos extraer la idea principal y las ideas secundarias de un párrafo, así como cuestionar por qué eso es así y no de otra manera, o qué intención tenía el autor escribiendo eso. No nos educan para hacernos preguntas, sino simplemente para empollar algo que se nos olvidará tras terminar el examen.
3) Llegando a conclusiones y soluciones bien razonadas
El pensamiento crítico no solo sirve para construir buenos argumentos, sino que también llega a conclusiones lógicamente bien formadas. En la toma de decisiones es importante este aspecto, ya que el pensamiento se desprende, en gran medida, del contenido emocional que entorpece la decisión racional. En este caso las emociones influirían negativamente en el pensamiento crítico porque tiñen los pensamientos de valores interiorizados culturalmente, es decir, no reflexionados o dogmáticos.
Estos pensamientos no reflexionados suponen un atentado contra tu libertad, porque no se te habría dado la oportunidad de cuestionar abiertamente algo que se da, de base, por supuesto.
Un caso que se me ocurre ahora mismo es el de preguntarte por qué debes financiar partidos políticos por norma, como si fuese un mandato divino. La aceptación de este principio sin el uso del pensamiento crítico te convierte en un sujeto desprovisto de autoridad. Habrías aceptado esto por costumbre, no razonadamente. Esto se opondría a la esencia del buen pensador o pensamiento libre.
Solo por esto, deberías cultivar un pensamiento crítico generador de dudas y problemas.
Esto se le da muy bien hacerlo a los niños.
Efectivamente el buen pensador ha de conservar esta actitud del niño.
4) Pensar de forma abierta dentro de sistemas de pensamiento alternativo
El pensamiento crítico consiste en crear pensamientos abiertos, es decir, sujetos a cuestión. No porque estos pensamientos sean débiles, todo lo contrario. Los pensamientos débiles son precisamente los cerrados, los que afirman algo de manera contundente. Esto sucede cuando empleamos afirmaciones del tipo: "Todos sois iguales", "Nunca lo superaré", "Siempre me dices lo mismo", "Nadie me quiere", etc. Suelen tener una forma absoluta, no dando lugar a la cuestión. De base, esas afirmaciones están construidas mediante las emociones, no tienen nada de reflexivas. No aportan conocimiento sino desconocimiento.
Además, el pensamiento abierto da lugar a una nueva posibilidad; permite la entrada de un pensamiento nuevo, diferente, sin etiquetarlo de malo o perjudicial.
5) Mejora de la comunicación
Un pensamiento crítico siempre está abierto al otro, está diseñado para ti. El yo se diluye en esta ocasión para conectar con los demás, que también abandonan su yo. Se entraría así en un estadio superior del conocimiento gracias al mero uso del pensamiento crítico, que amplía tu cosmovisión y te permite conocer el mundo interior de los demás, su verdadero sistema de ideas (preocupaciones, prejuicios, modo de emplear conceptos, etc.) Este es un rasgo que cualquier líder o buen pensador ha de desarrollar. No se trata de entendernos a nosotros, sino de que los demás nos entiendan. Pero para eso tanto el oyente como el orador han de poner de su parte e intentar meterse en la cabeza del otro.
Se trata, en definitiva, de generar algo así como un lenguaje universal, en el que la definición de conceptos se presenta como principio fundamental del entendimiento.
En nuestras conversaciones se dan muchas cosas por supuestas, por lo que hablamos con fluidez. Todo parece darse por entendido, pero no es cierto. A esto lo llamo yo "charleta" de bar; queremos quedar bien con el otro, pero pensamos más en nuestras propias respuestas que en lo que se nos está diciendo. Esa sería una falsa comunicación o deficiente. El juego que se da no es el de una verdadera comunicación.
Como puedes ver, el pensamiento crítico fomenta una serie de actitudes y prácticas que has de adoptar cuanto antes para mejorar tu pensamiento. Ello influirá en cualquier ámbito de vida en el que te muevas. Para mejor, ya lo verás.
No tengas miedo a ser libre.
Te agradezco enormemente que compartas este artículo
SOBRE EL AUTOR DE ESTA ENTRADA, JESÚS M.C.
Soy creador del blog Coaching Filosófico, donde comparto consejos basados en diferentes escuelas de pensamiento para ayudarte a pensar bien y para que te construyas un sistemas de ideas coherente y auténtico. Si quieres potenciarte y descubrir cuál es tu lugar en el mundo, has dado con el sitio correcto.
¡SUSCRÍBETE AHORA!
Además de un PDF sobre Coaching Filosófico recibirás GRATIS un pequeño curso de cuatro sesiones sobre la virtud y la felicidad tratadas desde diferentes escuelas de pensamiento. A modo opcional, también podrás tener conmigo una primera sesión online de Coaching Filosófico.
Al suscribirte estás aceptando la política de privacidad de datos
Responsable : Jesús Muñoz Carrillo (el servidor)
Finalidad: enviarte contenidos que puedan interesarte (no spam)
Legitimación: tu consentimiento (que estás de acuerdo)
Destinatarios: los datos que me facilites estarán ubicados en los servidores de Mailrelay (proveedor de email marketing de www.coachingfilosofico.com)
Derechos: tienes derecho a acceder, rectificar, limitar y suprimir tus datos
¡Hola, Jesús!
Buen artículo para organizar las ideas.
A menudo estamos metidos en una maraña de pensamientos y necesitamos parar y poner un poco de orden.
Me gusta especialmente el punto 4. Hay que tener ideas claras, pero también airearlas, dejarlas abiertas y ser valiente para cambiar de creencias cuando todo indica que es conveniente. ¡Y qué difícil es! ¡Cómo nos encerramos en nuestras creencias! Pero paciencia, ¿verdad? Paso a paso se van viendo resultados siguiendo ideas como las de este artículo.
¡Un saludo, Jesús!
¡Muy buenas, Cristian!
Muchas gracias por tu comentario 🙂
Estoy totalmente de acuerdo. Lo interesante del pensamiento crítico es que marca distancia, y permite identificar cada una de las notas que compone nuestro sistema de ideas (fundamentalmente creencias y valores).
Yo también me quedo con el punto 4. Es una de las asignaturas que tenemos pendientes y hay que trabajar en ella constantemente. En este aspecto me marcó bastante el libro «¿Quién se ha llevado mi queso?» de Spencer Johnson, que habla sobre la adaptación al cambio; que no es otra cosa que la adaptación a las nuevas ideas y a los nuevos retos.
Encantado de tenerte por aquí, Cristian.
Nos leemos 😉
¡Saludos!