El superhombre o Übermensch. Qué bonita palabra empleada por el filósofo Friedrich Nietzsche para referirse al ideal del nuevo hombre o superhombre (aplicable a cualquier ser humano); un sujeto capaz de romper con la tradición, con las costumbres de su época; con los conocimientos que le transmitieron y que solo le enseñaron a ser esclavo de sí mismo, de sus posibilidades, de su identidad dinámica, creadora y transformadora.
¿Cómo convertirte pues, en el superhombre sabio y libre?
El superhombre consiste en volver a ser niño.
Pero este no es un camino fácil. Más bien al contrario.
Has de juzgar tus raíces, tus pensamientos e incluso tu entorno.
Todo ello te llevará a tomar una posición autónoma. Asumiendo absoluta responsabilidad de acción.
En definitiva, te ayudará a ser libre.
Pero, ¿a qué estoy aquí llamando libre?
A la satisfacción personal, que es la que se obtiene al hallar lo que el filósofo Kant llamó "estar a gusto consigo mismo". Una especie de paz interior que se traduce en la consecución de la plenitud vital.
¿Y cómo alcanzarla?
Siento darte una mala noticia. No hay un camino para alcanzarla.
Aunque, si lo piensas detenidamente, esta es una buena noticia.
Que no haya un camino, no significa que no se pueda alcanzar; lo que hay son varios caminos por los que transitar

Por eso lo que sí te puedo ofrecer para que examines son los dos planos de la libertad que te ayudarán a conseguir este estado.
Libertad interna o personal
Paz interior o estado eudaimónico.
Dicho estado o tipo de libertad no puede alcanzarse sin una filosofía de vida bien construida.
Todos somos pensadores. Pero unos mejores que otros.
Lo importante aquí es que tengamos claras cuáles son nuestras creencias y valores.
Nuestro sistema de ideas determina nuestra realidad, quiénes somos y en qué queremos convertirnos.
De ahí la necesidad de dar importancia al autoconocimiento, a las cuestiones de filosofía y espiritualidad y, por qué no, de meditación.
En el momento en que nos olvidamos de esto, nos olvidamos de quiénes somos; y nuestra toma de decisiones puede ser deficiente o inexistente, lo que conlleva a la acción alienada o fracaso personal.
El fracaso personal se traduce en esclavitud o pérdida de tu ser
Los psicólogos llaman a esto disonancia cognitiva. Los filósofos lo llamamos disonancia existencial.
Por eso no me gustan las listas de "lo que debes hacer para ser feliz", porque es una patochada. Como si hubiese un mismo camino para todos. Huye de esto, en serio.
Ese camino lo construyes tú en sintonía con quien vas siendo, con tu transformación vital.
Primero reflexiona acerca de tu ser, y después veremos si los objetivos que te propones alcanzar son compatibles con tu naturaleza.
Libertad externa o financiera
Afirmación de la existencia y no de la subsistencia.
La libertad personal debe ir acompañada de la libertad externa o financiera. Sin dinero, las posibilidades de crecimiento son limitadas. El dinero te brinda opciones, y por eso es importante que pienses en él y sepas cómo tratarlo.
En general, la mentalidad financiera del ciudadano medio es bastante pobre, de ahí las dificultades de obtener dinero.
Hay circulando por ahí una especie de máxima que reza lo siguiente: "el dinero está para gastarlo".
Sin embargo, yo defiendo otra: "el dinero está para hacer más dinero y que tus opciones se multipliquen".
Si ganas dinero pero lo gestionas mal y te lo gastas enseguida, no eres libre. Fácil de entender, ¿verdad?
Es importante que distingas los tres tipos de gasto que se producen en nuestro día a día:
1) Inteligente. Es el mal llamado gasto, porque en realidad es una inversión. Son los gastos que te ayudan en alguno de los dos tipos de libertad de los que te he hablado antes: libertad personal o libertad financiera.
· En la libertad personal yo destacaría la educación o todo aquello que te proporcione conocimiento, desarrollo intelectual y existencial.
· En la libertad financiera me estoy refiriendo a un dinero que trabaje para ti, y no al revés; es decir, un dinero que genere más dinero. Este caso puede ser el de invertir en algún inmueble, por ejemplo.
2) Necesario. Aunque parezca difícil de creer, los gastos necesarios son minoritarios. El problema es que dependen del tipo de sociedad y lugar geográfico en que te encuentres.
Aquí habría que llamar gasto necesario a la alimentación, algo de ropa y poco más. Como digo, dependiendo de dónde te encuentres, tendrás que atender a las facturas, impuestos y costes de mantenimiento de un modo mayor o menor, ya sea en el seguro de un vehículo, de una casa, un alquiler, una hipoteca, etc.
Este tipo de gasto suele ser, para el común de los mortales, el más grande; cuando en realidad debe ser el más pequeño. Y esto es así porque sencillamente necesitas gastar muy poco para vivir y disfrutar de ello. Si estos gastos devoran tu economía debes replantearte el tipo de vida que estás llevando y qué es lo verdaderamente importante para ti.
3) Caprichoso. Es el gasto prescindible. Se da al comprar o consumir cosas que no necesitamos realmente. Los gastos caprichosos resultan de las emociones, no del pensamiento. De ahí la importancia de educar tanto a las emociones como al pensamiento. El ponerse límites es uno de los mayores placeres personales. Ahí reside la magia de este tipo de libertad.
Gastos caprichosos o prescindibles pueden ser desde actividades de ocio (cenar fuera, ir al cine, jugar a los bolos, etc.) hasta productos de todo tipo que suponen un gasto y no una inversión, es decir, que satisfacen algún tipo de necesidad creada o, como yo la llamo, falsa necesidad (objetos decorativos, textiles, cosméticos, dispositivos, etc.)
Con esto no quiero decir que el gasto caprichoso proceda de un sujeto infantil que no controla sus emociones. No. Ni tampoco quiero decir que este gasto sea malo o perjudicial para ti. No. Lo que quiero decir es que debes tener en cuenta tus finanzas. Si tus gastos son mayores que tus ingresos y te estás endeudando, no le veo sentido a que te compres unos zapatos o te tomes unas tapitas en un bar. Esta es una mala decisión; sumamente emocional y, por tanto, perjudicial para tu libertad personal y financiera.
Consume con cabeza. Nunca lo hagas por encima de tus posibilidades. Esta sí que debería ser una ley universal
Creo que tener en cuenta estos dos planos de la libertad será provechoso para tu crecimiento personal absoluto. Estarás más cerca del ideal del superhombre.
En otro artículo te hablaré sobre la parte creativa del superhombre, fundamental para hallar la libertad personal y financiera.
¿Y tú? ¿Estás más cerca de alcanzar la libertad personal o la financiera?
¡Compartir es vivir!
ACERCA DEL AUTOR DE ESTA ENTRADA, JESÚS M.C.
Soy creador del blog Coaching Filosófico, donde comparto consejos basados en diferentes escuelas de pensamiento para ayudarte a alcanzar la plenitud vital de la que hablaban los filósofos antiguos. Soy especialista en toma de decisiones y superación de dilemas y conflictos internos. Que consigas tu libertad es mi trabajo y mi mayor deseo.
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